miércoles, 26 de febrero de 2014

Las modas y su influencia en las artes escénicas.

     Salir a un centro comercial y ver a la mayoría de las asistentes vistiendo leggins con grabados similares; presenciar las sensibles peleas que tienen los fans de tal cantante en contra de los seguidores del grupo pop del momento; o ver a un niño de 12 años desdeñar su regalo de navidad simplemente porque no tenía una manzanita en su logo; son claros ejemplos de cómo la gente rige sus gustos por lo que dicta la moda. Ése ha sido el modus operandis de la sociedad que, desde tiempos inmemoriales, pretende ser aceptada por sus iguales. No es algo que me guste pero tampoco puedo condenarlo.
     Donde sí lo encuentro lastimero es en el mundo de las artes escénicas. No puedo generalizar. No sé cómo trabajan los grupos en otras partes del mundo. Sin embargo, aquí en mi ciudad, Guadalajara, he notado, desde hace ya varios años una constante, la cartelera teatral se ve dominada por montajes realizados, aparentemente, en serie. Es decir, se pone de moda llevar a escena a cierto dramaturgo, trabajar en algún estilo escénico específico o con un tema recurrente.

     Estoy completamente de acuerdo que no existe la originalidad "en bruto". Si tu formación ha sido llevada correctamente has visto una gran cantidad de obras de otros creativos. Dichos trabajos van a influir, inconscientemente, en aquello que estés creando. Todos vamos a tomar aquellas cosas que hemos experimentado y formar con ello una especie de catálogo, de donde sacaremos y reorganizaremos recursos que conformarán una nueva creación. No hay forma de escapar a éste modo de funcionar de la mente.
     Sin embargo, dado que todos nosotros hemos vivido, leído, visto, escuchado cosas diferentes; los elementos que conforman nuestro "catálogo creativo" deben ser distintos de una a otra persona y si dos personas tenemos ideas muy afines al mismo tiempo debería ser una enorme coincidencia. Cuando veo que el 90% de los trabajos escénicos tienen características similares sólo atino a pensar que no puede existir tan grande casualidad.
     La primera vez que noté éste fenómeno fue hace ya más de una década cuando, por motivo de la Feria Internacional del Libro, se regalaron colecciones de libretos de dramaturgos originarios del país invitado, dramaturgos que, hasta ése momento, eran desconocidos en éstas tierras. A partir de ahí todos se dedicaron a montar obras originarias de aquellos autores, ni siquiera buscaron más dramas de aquel país.
     Tiempo después visitó la ciudad "Slava's snow show" y volvió a suceder, la escena se vio dominada por "actores" con narices rojas.
     Me atrevo a escribir actores entre comillas por el motivo que considero de mayor gravedad en éste asunto de las modas escénicas. Las modas son, por su naturaleza, cambiantes, breves; lo que quiere decir que, en cuestión de técnica, no te permiten entrenarte lo suficiente, dominar los conocimientos adquiridos, antes de cambiar para adecuarte a la nueva tendencia. Por tal razón los resultados eran un montón de actores que, tras un curso de 2 días(en el mejor de los casos, a veces ni siquiera tenían un entrenamiento), sentían que sabían y dominaban las particularidades de un arte tan complejo como el Clown. Éso me parece increíblemente ofensivo para aquellos que se preparan adecuadamente en un estilo y/o técnica determinado, así como para el público que asistía a ver lo que se anunciaba como un espectáculo de Clown y terminaba siendo un patético esfuerzo por hacerse los chistositos en escena.
     Así podemos recorrer las modas que se han instalado en mi ciudad, el teatro del cuerpo, los bio-dramas, actores que se enclaustran 4 horas antes de salir a escena, actores que están platicando fuera del teatro 15 minutos previos a la tercera llamada, entre muchas otras.
     No quiero, de ninguna manera, decir que hay técnicas, estilos, dramaturgos o temas mejores que otros. Por razones obvias hay algunos que me gustan y otros con los que no comulgo. Es más, permítanme agregar que no encuentro nada de malo que experimentemos diferentes formas de abordar el trabajo escénico, pero a consciencia, no por moda; de otra forma dicho experimento denigrará en un mero intento de tocar la flauta como aquel burro afortunado. No podemos comprobar aquello que desconocemos su funcionamiento.
     De la misma manera me he encontrado con personas que van al otro extremo. Desdeñan cualquier cosa que otros utilicen, con la finalidad de alejarse de dichas tendencias y ser únicos y originales.
     En ambos casos veo el mismo problema, están empezando el acto creativo a partir de lo que otro está haciendo. El arte es un medio de comunicación, en el cuál una persona utiliza los elementos técnicos a su alcance para mostrar algo de sí mismo. Por ésta razón encuentro que, el seguir las tendencias por el simple hecho de estar a la moda, es una contradicción del trabajo que pretendemos realizar.
     Resuelve la escena aplicando los recursos que mejor comuniquen tu mensaje, no aquellos que mejor se adecuen a la norma establecida.

Guillermo Herrera


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