viernes, 4 de abril de 2014

Los Críticos. 1° parte

     Recuerdo la primera vez (y única, desgraciadamente) que un crítico de teatro habló de mi trabajo. Fue hace ya varios años, en una pequeña obra que habíamos montado para finalizar los trabajos de un taller. Recuerdo la indignación que despertó en mis compañeros (especialmente en Paloma Vázquez, miembro fundador de éste grupo) los hirientes términos con que dicho crítico (cuyo nombre no recuerdo) se expresaba de mi trabajo, aunque se refería a mí con el nombre de otro de mis compañeros... parece que para escribir su nota no se molestó siquiera en leer el programa de mano. Pese a la negatividad de la publicación, yo me sentía en éxtasis, ¡era la primera vez que alguien se tomaba el tiempo de escribir acerca de mi trabajo! 
     Quizá suene patético estar feliz por una mala reseña, pero era un joven actor apenas empezando en el negocio. Tenía la ilusión de seguir trabajando y, con cada nuevo montaje, ser reconocido por la misma persona como un actor imprescindible en la escena tapatía (nuevamente, ésto pasó hace muchos años). Sin embargo, ésa fue la única vez que escribieron sobre nosotros en el periódico local. En la comunidad teatral de Guadalajara, la segunda ciudad en importancia de México, una de las que más trabajos escénico tiene al año, no cuenta con la importante figura del CRÍTICO. Algunos esfuerzos independientes se han hecho, pero no suelen durar mucho y terminan siendo desanimados por una indignada comunidad de actores con el ego herido.
       Lo anterior despertó en mi la pregunta, ¿para qué sirven los críticos?



     Primero que nada, déjenme compartir mi punto de vista en ése viejo y ofensivo chiste que reza que todos los críticos son, únicamente, actores frustrados. No conozco a nadie que empiece a estudiar una carrera, un taller, un diplomado etc., de actuación con la ilusión de convertirse en el mejor crítico de teatro que el mundo haya conocido. Tampoco a nadie que entre en el mundo del espectáculo con la ilusión de ser vestuarista, iluminador, diseñador de maquillaje o alguno de los muchos trabajos necesarios en la creación de una función teatral, incluso el de escritor de un blog quincenal. Todos vamos descubriendo dichos oficios mientras nos adentramos más en el maravilloso mundo del teatro y las circunstancias nos van llevando a cada uno de ellos. Con dicha lógica deberíamos decir que todo productor, director, telonero y todos los miembros de la comunidad teatral, incluidos los críticos, son sólo actores frustrados. Sin embargo, no lo son.
     Un verdadero error que cometemos los pobres actores es ver al CRÍTICO como un enemigo a vencer. Si lo viéramos como un aliado todo sería más sencillo.
    Como comenté en la publicación del 26 de febrero,  considero un enorme error empezar el proceso creativo a partir de lo que otro quiere o piensa. Eso descarta la necesidad de un CRÍTICO, ¿no es así? No, porque su función no es en la parte del proceso creativo, sino una vez que éste ha terminado. Su labor es funcionar como un nexo entre el creador y el público. No, no me refiero a que se dedique a publicitar tal o cual obra, sino a ayudar al público en  la decisión de cuál de todas las opciones teatrales vale la pena gastar su tiempo y dinero.
     Un CRÍTICO no se dedica únicamente a decir qué es bueno y qué es malo, sino a comentar con el público general, aquel que no tiene conocimiento técnicos sobre actuación, en qué estilo se desarrolla tal o cual obra; de tal manera que alguien que busca disfrutar de una comedia ligera, no termine aburriéndose en una pieza filosófica que únicamente logrará hacerlo babear el asiento y molestar a todo mundo con sus sonoros ronquidos. 
     Para éso sirve un CRÍTICO, para ayudar a las personas a elegir una obra que se ajuste a sus gustos, para aumentar las posibilidades de ver una función que disfruten. Ésa es una valiosa labor. Después de todo, un público que se divierta en el teatro es más proclive a regresar.

Guillermo Herrera
     Ésta es la primera parte de todo lo que quiero decir acerca de éste complicado tema. Aún así, gracias por leernos y quedamos abiertos a sus críticas al respecto a través de nuestras redes sociales:

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