viernes, 18 de julio de 2014

¿Actor = Galán?

      Cuando le mencionamos la palabra actor al ciudadano promedio, invariablemente llegan a su memoria imágenes de "estrellas" glamorosas y bien parecidas. Esta cualidad del actor se ha perpetuado en la consciencia popular debido, sobre todo, a la influencia del cine, especialmente en el cine a partir de los años 80's a la fecha. Pero, ¿es necesario ser guapo para ser actor?
      Quiero aclarar que pretendo referirme a aquellas personalidades que se han entrenado y preparado para realizar una buena labor actoral. No deseo tomar en cuenta a aquellas figuras del modelaje, deportistas y ex-participantes de reallity shows que han probado ser populares y, por lo tanto, se les ofrece un protagónico  en la serie, novela o película de moda. Eso será material para otra publicación.
      Atendiendo a aquellos que podemos considerar actores volvamos a nuestra pregunta inicial, ¿es necesario ser guapo?
      Si pensamos en gente como Brad Pitt, Leonardo DiCaprio o Kate Winslet, podemos determinar que son poseedores de unas maravillosas habilidades histriónicas, pero también de un atractivo físico sin igual. Es decir, son muy buenos en lo que hacer y tienen, además,  la capacidad de usar una sonrisa para tener al mundo a sus pies.

      Considerando únicamente gente como ellos podríamos afirmar que sí, es parte del paquete tener unas facciones perfectas para poder incursionar en el mundo de la actuación.
      Sin embargo, llevemos nuestra memoria un poco más allá. Recordemos a gente como Al Pacino, Robert DeNiro o Dustin Hoffman.  Si bien son considerados de los mejores actores de su generación y han logrado instaurar sus nombres entre las grandes figuras del cine de todos los tiempos,  no son particularmente guapos. Podemos decir de ellos muchos calificativos, inteligentes, interesantes, cultos; pero guapo... no creo que ni sus respectivas esposas los describirían con esa palabra.
       Pero ¿si ser guapo no es un requisito (lo cual nos quita un peso de encima al 99% de la población que no tenemos pómulos y piel perfecta) qué sí lo es?
      Para responder dicha pregunta debemos conocer, por principio, en qué consiste el trabajo de un actor.
      Un actor es aquella persona preparada para pararse en un escenario (o cualquier lugar que haga ésta función) y, a través de vivir una ficción (reaccionar de forma real a estímulos imaginarios), contar una historia a un espectador.
      Lo anterior implica que necesitamos desarrollar una serie de habilidades, destinadas a brindar nuestro mensaje al público de manera limpia y clara. Técnicas vocales para ser escuchado, técnicas corporales para expresar mis sentimientos, técnicas intelectuales para comprender y recordar el texto, técnicas sensitivas para generar sentimientos y un largo etcétera (notemos que no existe una habilidad para despertar la libido de la audiencia). Pero hay otra cuestión que necesitamos, algo que no he podido averiguar si es posible desarrollar o no, una "presencia" que llame la atención del espectador.
      Ésto podría pensarse innecesario, al fin y al cabo estamos parados en un entarimado, en un área iluminada dentro de una "caja negra", estamos hablando cuando los demás están en silencio y eso, debería ser suficiente para ser visto. ¿O no?
      De la misma manera creo que todos hemos presenciado algún espectáculo en el cual conviven varios histriones en escena, aún así, hay alguno que nos llama especialmente la atención. Y no siempre es aquel con mayor número de diálogos o con la carga escénica más importante. A esa atracción es a la que denomino "presencia", a falta de un mejor calificativo.
      Y aquí nace mi duda. Según los textos teóricos, si le dedicas el trabajo suficiente a la creación de tu personaje, conoces y adoptas su forma de pensar, te conectas a la ficción y experimentes los sentimientos del personaje y desarrollas una comunicación activa con el resto de los actores/personajes en escena; vas a generar un personaje vivo, fuerte y digno de ser visto por el público. No puedo estar en desacuerdo con ello, sin embargo, ¿aquellos que aplican todo lo anterior y aún así no resultan atractivos?
     
      Hagamos un ejercicio de imaginación. Abandonemos, momentáneamente, el escenario y situémonos en un entorno de fiesta, en un bar o la casa de un amigo. Imaginemos que es una fiesta bastante exitosa y hay un número considerable de gente. Ayuda que juguemos con la posibilidad de ser solteros. Echemos un vistazo a la multitud. La gente bailando, tomando, conversando, riendo. Estamos situados a cierta distancia, lo cual nos permite ver toda la "pachanga". De repente, surge, como por arte de magia, la presencia de ESA PERSONA. Posiblemente ya se encontraba ahí pero, sin saber por qué, en esos momentos llamó nuestra atención. Quizá fue una sonrisa, quizá su forma de vestir, quizá escuchamos su voz; no importa qué sea, no importa siquiera si algún día lo sepamos, lo importante es que caímos presa de la atracción sin igual (al menos en ése momento y lugar) de esa persona. Y eso no tiene que ver, necesariamente, con la belleza física. Aunque, seamos honestos, a partir de ése momento ESA PERSONA se convertirá en la más bella del lugar.
      ¿Qué determina que exista tal atracción? ¿Por qué hay personas que se destacan de la multitud y otras que se mimetizan con la misma? ¿Por qué hay gente que ves, sin importar qué o quién esté a su alrededor y otras que no soportas aunque estén a un metro de ti? No lo sé. Lo único que puedo asegurar es que se trata de un fenómeno completamente subjetivo, aquel que encuentras intolerable será aceptado y visto con muy buenos ojos por alguien más (aunque sea únicamente por su mamá).
      Éste atractivo, ésta "presencia", que encuentro tan complicada de definir e imposible de medir, es requisito indispensable para un actor. Debe, indudablemente, ser imán de las miradas del respetable. A partir de ahí desarrollaremos las habilidades para ser merecedor de tal atención.
      En conclusión, no creo que sea necesario ser galán para ser actor... aunque, seamos sinceros, tampoco estorba.

Guillermo Herrera

¿Qué opinan? ¿Es posible desarrollar tal atractivo, tal "presencia"? De ser así, compártanos cómo. Ayúdenos a crecer. 
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Muchas gracias.

martes, 8 de julio de 2014

El FITEC o lo que aprendí viendo trabajar a los teatreros del futuro.

     La semana pasada tuve la oportunidad de participar como jurado en un festival de teatro celebrado en una escuela local. 22 obras de teatro en 4 días. (Ésa es la razón por la cual no hubo publicación esos días). Una muy interesante experiencia en la cual tuve oportunidad de aprender bastante, no sólo de las obras presentadas, sino también de mis compañeros de jurado.
     Quedé realmente impresionado por la calidad de los trabajos, sobre todo tomando en cuenta que fueron realizados completamente por los alumnos, sin apoyo de ningún maestro, y fuera del horario de clases (no van a recibir ningún crédito escolar por la actividad) es decir, literalmente lo están haciendo por amor al arte y para aprender haciendo.
     Entre muchas sorpresas, surgió una diferencia en la opinión del jurado, algunos veíamos una de las obras fuera de tono, otros la veían correcta. Eso no hizo nuestro trabajo, de ninguna manera, más complicado, ni generó roces entre nosotros, al contrario todos aceptábamos la opinión de los demás. Por supuesto que es de destacar la complejidad de la actividad teatral cuando varias personas, encargadas de observar lo mismo, con el mismo criterio de evaluación, podemos terminar con opiniones encontradas al respecto. Si así es en un reducido jurado de 4 integrantes, ¿qué tan difícil es agradar a una sala con decenas o centenas de personas en la audiencia?
     Quedé gratamente sorprendido con los trabajos de los estudiantes, alumnos que dieron todo de su parte para lograr un producto de calidad. No podemos decir que todos los montajes fueron buenos pero, aún en aquellos más débiles, se notaba el compromiso que tenían, se hacía evidente que tomaron el trabajo con responsabilidad y respeto hacia ambos, el arte escénico que están aprendiendo y el público que presenciamos sus puestas. 

     Dentro del festival se hicieron evidentes 2 cuestiones que influyeron en la calidad final de los trabajos:

1) Ver teatro regularmente, se nota.

     Así es, a leguas se notaba quienes han visto mucho teatro y quienes sólo se pretenden formar viendo algunas cosas en televisión.
     El teatro es un arte creativo, como tal tiene un lenguaje, una forma de codificar los mensajes que estamos intentando transmitir al público (sé que suena como una receta de cocina pero dista mucho de ello) y, aunque es cierto que el estudio puramente teórico ayuda a aprender la construcción de dicho lenguaje, no hay nada mejor que verlo en acción, en vivo, para poder asimilarlo y después ponerlo en práctica. El teatro se aprende, no sólo haciéndolo, sino también con las pompas, sentándose y viendo cómo otros lo hacen. 
Por supuesto, ésto no quiere decir que si vas a ver una obra de teatro vas a aprender todo lo que necesitas para realizar un montaje propio. El teatro es un arte complejo y, por ello, necesitas ver muchos ejemplos, gran variedad, para empatar lo que ves con lo que estas aprendiendo en los libros de teoría,porque no debemos dejar de lado el esfuerzo que han hecho los estudiosos del pasado por aterrizar éste complejo universo de la actuación en asimilables palabras y ejercicios.
     ¿Cuánto teatro hay que ver para aprender? Todo el que puedas. Ve teatro de todo tipo, de todos los géneros y estilos. Ve grandes obras de teatro y también trabajos fallidos (no vamos a poder evitarlos) porque sólo nutriendo tu ojo crítico de cosas buenas y malas, vas a poder poner tu trabajo en perspectiva objetiva.
     Antes de ser creativo es imprescindible que te conviertas en público.
    ¿Por qué hago tanto hincapié en el teatro y dejo de lado el cine y la televisión? Si bien tienen un fin común, contar una historia, los medios son completamente distintos. Y, discúlpenme aquellos que optaron por prepararse para estar únicamente ante una cámara, el teatro es la base de todos, es el único medio donde el actor es artífice de todo el universo. En el cine, la televisión, la radio, etc. nuestro trabajo es manipulado, antes y después de nuestro esfuerzo, por directores y editores quienes llevan la batuta de lo que el público va a presenciar. Todos los medios son loables y encantadores pero, si lo que deseas es aprender el arte del histrionismo, el teatro es la cuna de tu preparación.

2) Hay que saber poner en perspectiva nuestras capacidades.

     Este punto es complicado, tanto de explicar como de lograr. La razón por la que lo enlisto es porque vimos, en varios trabajos, que éste mal se hizo presente. Eligieron textos hermosos, interesantes y con historias dignas de ser vistas, se notaba que se esforzaron en encontrar el libreto de sus sueños pero, por desgracia, no se percataron que no estaban listos para él. Es triste ver un montaje en el cual el texto les queda grande a los actores.
     Lo anterior puede ocurrir por dos razones principalmente:
          A) No se dieron cuenta de la complejidad de la historia. Cuando leemos un texto dramático nos atrae de él la historia o los diálogos o alguno de los personajes etc. Sin embargo, nuestra primer lectura es superficial y "primitiva", sólo nos llaman la atención aquellos elementos atávicos.
     El error que podemos cometer en este punto es quedarse con aquella primera lectura. Debemos aprender a extraer del texto más cada vez que lo releamos, y esta de sobra decir que no podemos leer únicamente 2 o 3 veces el libreto que estamos trabajando;sólo así podremos dar el salto de ser un simple "relator de diálogos" a ser un personaje vivo que evoque imágenes, relaciones y sentimientos. Sólo así podremos aprovechar al máximo la complejidad del lenguaje teatral.
         B) Los personajes no se adecuan a los actores. Se tiende a pensar que somos actores y, por tanto, podemos convertirnos en cualquier persona. Por desgracia no es así. Estamos limitados por varios elementos, entre ellos nuestra edad, nuestras experiencias y cultura, nuestra técnica. 
     Es decir, si nuestro texto requiere personajes de 70 años y sólo cuento con actores que apenas llegan a sus 20, debería abortar la misión, esperar otro momento para montarlo. Las características físicas que poseemos distan mucho de las que el personaje requiere, simplemente por la enorme diferencia de edad. Y, es cierto, el cuerpo se puede trabajar (de ahí que nuestro desarrollo técnico influya en el resultado), se puede modificar y, con maquillaje, podemos adecuar nuestra apariencia. Sin embargo, lo que ha vivido una persona de 70 años es muy distinto de las experiencias que tiene un joven de 20. ¿Cómo obtener 50 años de vivencias en unas cuantas semanas? ¿Es posible? En unas cuantas semanas, no lo creo. Me parece posible modificarte física y mentalmente (repito, con el desarrollo técnico adecuado) sin embargo, requiere largos ensayos diarios durante un considerable lapso para ser conseguido. No es una tarea fácil.
     El problema estriba cuando no medimos la cantidad de trabajo que requerimos para que, aplicando los conocimientos que poseemos, podamos lograr el resultado esperado. Y no deberíamos permitirnos mostrar ningún trabajo que no haya alcanzado nuestras expectativas. "Dar de alta" un montaje para el cual tuvimos que empequeñecer nuestros objetivos, es una traición a nuestro esfuerzo, un insulto al público y una pérdida de tiempo.
     Por muy difícil que sea, debemos aprender a ser objetivos y ubicar el alcance de nuestras capacidades. Es la única forma de poder, poco a poco, acrecentarlas. 

   En conclusión, aprendí bastante formando parte del jurado del FITEC. Tanto, que, para poderlo compartir todo, voy a tener que publicar varios escritos. Me encantó ver a tantos jóvenes con tantas ganas de hacer buen teatro. Definitivamente, en un futuro próximo la competencia va a estar muy fuerte.

Guillermo Herrera

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