viernes, 28 de noviembre de 2014

La imagen y por qué cuidar sus cambios.

      En estos momentos me encuentro en un enorme predicamento, estimado lector, la boda de mi hermano se celebrará éste fin de semana y me es prohibitivo rasurarme y cortarme el cabello para verme ad hoc a la ocasión. El motivo de mi imposibilidad, hice una audición para un comercial y me encuentro esperando la resolución.
      Podría sonar descabellado para todo aquel ajeno al medio actoral (ya sea en la parte teatral o audiovisual del mismo) pero decidir y mantener una imagen para tal o cual personaje, es muy importante en el quehacer de ésta actividad. Si llegas a una prueba con, como fue mi caso, una barba cerrada, debo mantener el mismo look hasta que los productores me digan lo contario. Muchos trabajos se han perdido por la "inocente" decisión de pasarse el rastrillo o hacerse unas "mechas" en el cabello.
      Sé que puede sonar banal, que la imagen predomina sobre las habilidades histriónicas. Idealmente las capacidades que demuestres en tu prueba serán las que determinen si te quedas o no con el trabajo, sin embargo, la imagen es lo primero que la gente percibe de nosotros y, es natural, que la gente se haga una idea de nuestra persona basada en la misma. Por tal motivo los productores tienen de antemano una imagen "ideal" del personaje en cuestión. Para esto se suele emplear el book, una carpeta con información personal y una serie de fotos presentando distintas imágenes. Para demostrarle a los productores los diferentes looks que puedes conseguir.
      Aún así, la imagen con la que presentas tu audición, es con la que esperan encontrarte cuando te contacten. Si necesitan que modifiques tu apariencia, te lo notificarán con tiempo.
      Ya sé que algunos de ustedes estarán pensando que los actores somos unos tontos por permitir que los productores nos reduzcan a una simple imagen, una "cara bonita" sin talento aparente. La frase "no se debe juzgar lo de de afuera, lo que en verdad importa es lo de adentro" debe estar sonando en sus cabezas. Y tienen razón, la imagen de una persona no determina sus habilidades o intensiones. Sin embargo, acompáñenme en un ejercicio de imaginación:
"Se encuentran en una fiesta. La música suena a todo volumen. Estas con unos amigos, platicando, divirtiéndose. De pronto, al otro lado del salón, entre la multitud, ves a una persona que llama tu atención, te atrae por encima de la gente a su alrededor. Esta con su grupo de amigos. No alcanzas a escuchar de qué están conversando pero debe ser algo divertido porque, sin que lo esperes, ríe y ésa sonrisa te cautiva, te congela. No puedes quitarle los ojos de encima. Prácticamente dejas de poner atención a la plática de tus amigos. Después de unos tragos de "valor líquido" te decides, te pones de pie y te acercas con la firme convicción de iniciar una conversación con..."
     Si todo salió bien y te imaginaste a una persona que te guste (en mi caso visualicé a Scarlett Johansson) sentiste la emoción de la conquista y, cegado por la misma, no notaste que todo fue basado en la imagen. No hay manera que, a esa distancia, pudieras saber qué hay en su interior. Imposible deducir si alguien es o no buena persona con sólo verlo. Sin embargo, su imagen fue determinante para acercarte y conocerla.
     Éso es lo que los productores buscan, el público decidirá, basado en la imagen de alguien, si quiere o no conocer a dicha persona. Por eso buscan tipos físicos que representen al sector al que apelan.
      Entonces debemos reconocer que la imagen es significativa para el actor que busca trabajar. Por tal motivo, no entiendo aquellos que deciden tatuarse.
      No me malinterpreten, me encantan los tatuajes, es un arte gráfico fabuloso (los bien hechos, claro esta) y si no me dedicara a la actuación no dudaría en hacerme uno. Si no me dedicara a la actuación.
       El problema que tengo es que los actores, en búsqueda de expandir nuestro rango de personajes (recordemos que nos limita nuestra edad, experiencia, técnica y apariencia) debemos buscar vernos lo más neutrales posibles para, a partir de ahí, acercarnos al personaje que buscamos. Un tatuaje es una marca que esta presente, no nos podemos quitar y limita los personajes que podemos representar. Es encajonarnos en un tipo muy específico de personaje y cerrarnos las puertas para todo lo demás. Una muy mala decisión, si me lo preguntan.
      Y ya sé, hay famosos actores de Hollywood que tienen tatuajes visibles, los tatuajes se pueden cubrir con maquillaje o digitalmente. Es cierto, pero eso cuesta dinero y los actores famosos (Angelina Jolie, Brad Pitt, Johnny Depp) generan ganancias por su presencia en el proyecto. Si alguien va a brindar ganancias de $300 millones de dólares en boletos de cine, ¿qué importa que nos gastemos unos cuantos miles en ocultar su "tinta"? 
     Pero el actor principiante, cuyo número de asientos en la sala se limita su familia y amigos cercanos no genera lo suficiente para justificar el gasto que se va a hacer en tapar su tattoo. ¿Para qué contratar a aquel que nos va a dar problemas de vestuario o generar gastos extras de maquillaje cuando tenemos a una docena más que puede hacer el mismo trabajo sin requerir del costo extra?
       Lo repito, tatuarse en el mundo histrión me parece una mala decisión.
Muchas gracias por leer y compartirnos y, ¡nos vemos en el teatro!

Guillermo Herrera

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PD: Al momento de la publicación de éste artículo ya estoy felizmente rasurado. Triste en materia económica porque no me quedé con el personaje pero, al menos, no tuve que ir a la boda de mi hermano como un vagabundo. Gracias por leernos.



martes, 4 de noviembre de 2014

La Muestra Estatal de Teatro y la comunidad auto-complaciente

     El pasado domingo 12 de octubre finalizó la Muestra Estatal de Teatro en Jalisco. Tuvimos la oportunidad de ver, de forma gratuita, poco más de una docena de trabajos de las más variadas técnicas, estilos y temas. Grandes actuaciones, interesantes propuestas, distintos niveles de aprovechamiento del complejo lenguaje escénico... lamentablemente la gente no se enteró.
     La Muestra Estatal es un evento anual en el que se agenda lo mejor del teatro del estado (existen bases para inscribir su obra y se debe pasar una etapa de selección). Cualquiera puede acercase a los foros y entrar de forma gratuita a disfrutar del trabajo. Únicamente se pide a los asistentes llegar con una hora de anticipación, ya que se entregan boletos (reitero, sin costo) para llevar un control de la función.

     Así es que hubo personas que, pese a llegar 2 horas antes de la hora marcada, se quedaron con las ganas de entrar a la función que deseaban, ya que se acabaron los boletos desde muy temprano. Ésa es la generalidad de la Muestra Estatal: teatros a reventar, personas que se lamentan en la banqueta por no alcanzar lugar, actuaciones aplaudidas por una, lamentablemente atípica, sala llena, filas de ingreso que le dan la vuelta a la cuadra; un éxito a los ojos de cualquier persona. Tristemente es todo una ilusión.
     Como dije al principio del escrito, la gente no se entera, las agendas casi no tienen difusión, los posters se pegan en contados establecimientos, el cronograma es complejo y no existe la apropiada explicación de las distintas sedes y diferentes horarios, un caos. Un triste caos.
    Entonces, ¿cómo se explican las numerosas asistencias? ¿Por qué digo que es una ilusión? La razón por la que difiero con Secretaría de Cultura y no veo como un rotundo éxito al festival es que esta lleno de estudiantes y profesionales de la actuación. Parece ser que los organizadores están complacidos con que aquellos que estudiamos o nos dedicamos a las artes escénicas seamos los únicos que sepamos de la existencia de la Muestra.
    No tiene nada de malo que el gremio este al pendiente de los suyos. Es importante que conozcamos los trabajos que realizan nuestros colegas, así como ser visto por los demás artistas escénicos, eso formará vínculos entre nosotros y nos brindará la oportunidad de aspirar a trabajar con más gente del medio. Pero, ¿ése es el objetivo de la Muestra Estatal?
     Por mi parte, encuentro muy triste que, terminando la Muestra, los teatros tapatíos luzcan con su habitual aforo de 15 espectadores. Creo que ése es el principal error y peor faceta del auto-engaño.
    ¿De qué sirve que los trabajos sean vistos por un centenar de colegas que corren a las salas sin pagar? Al fin y al cabo, ellos no son los que van a mantener a los demás grupos, ellos no van a convertirse en públicos frecuentes. Todos los grupos trabajamos más o menos en los mismos horarios, así que, aunque lo deseemos, nuestras funciones o ensayos nos impedirán asistir al teatro con la frecuencia que quisiéramos. Ninguna comunidad artística se sostiene mediante el consumo de sus propios creadores.
     La Muestra debería fomentar al público general, ése que no acostumbra a ir al teatro, a acercarse a las salas, ver lo que los artistas locales están haciendo (la pre-selección funcionaría para que el público novel no se lleve una decepción al encontrarse un trabajo de dudosa calidad) y confíe en regresar. Pero para que éso suceda, primero deben enterarse que se esta llevando a cabo.
    Ojalá las autoridades correspondientes se pongan las pilas, aprovechen los recursos destinados a ésta celebración para ayudarnos a eliminar uno de los muchos estigmas del teatro local, nos esforzamos por crear obras de calidad... pero el público potencial no lo sabe.

Guillermo Herrera

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