jueves, 1 de mayo de 2014

5 puntos a considerar al buscar una clase de actuación.

      Aprovechando que terminaron las vacaciones de Pascua, llegó a mi mente la posibilidad (deseo resulta una palabra más adecuada) de recibir un gran número de niños y jóvenes que, al ver mucho cine y televisión en su tiempo libre, decidieron que desean estudiar actuación y acercarse a sus astros de la pantalla. Sé que los motivos son endebles, sin embargo, sigan leyendo ya que al preparar éste escrito me encontré con numerosos problemas a los que un aspirante a clases de actuación está expuesto.


      Estudiar actuación es una maravillosa experiencia que, aunque no termines por dedicarte a éste bello arte, enriquecerá tu perspectiva sobre las cosas, entrenará tu cuerpo y mente en formas que no tenías previstas, te ayudará a sensibilizarte y empatizar con los demás, te dará herramientas de escucha y comunicación, te hará, en pocas palabras, más seguro de ti mismo. Repito, es una experiencia altamente recomendable.
      Sin embargo, cada día se abren nuevos talleres y cursos relacionados con el arte escénico. Prácticamente cualquiera que haya pisado un escenario se siente con derecho de ponerse al frente de un grupo de clases y "enseñar" su técnica al mejor postor. Así que, ¿cómo decidir cuál es la mejor opción para estudiar?
      Antes que nada permítanme aclarar que, como profesor, sería bastante anti-ético vanagloriarme de los cursos que imparto y/o las escuelas en que laboro, por lo tanto intentaré escribir de la manera más objetiva posible, me referiré a casos muy generales y me abstendré de nombrar ninguna escuela/profesor para no resultar tendencioso en ésta publicación. Me limitaré, entonces, a enlistar los puntos que considero más importantes al momento de elegir una escuela/curso de actuación.

1-. Presentaciones de fin de cursos

      Por lo general, las escuelas de arte presentan al público general una muestra de lo que sus alumnos trabajaron durante el período. Montan espectáculos con el objetivo de enseñar a la sociedad lo que pueden hacer con el objetivo de atraer nuevos educandos.
Es recomendable que averigües si la escuela que te interesa cuanta con éste tipo de presentación y, de ser posible, que asistas a verla. Aunque no te recomiendo que tomes una decisión basado únicamente en dicha función.
      Si bien es cierto que si la presentación te aburre prácticamente puedes tachar a ésa escuela de tu lista (supuestamente están presentándote lo mejor del curso. Si eso es, en tu opinión, malo...). Sin embargo, ten cuidado con los shows apantallantes. 
      Todas las escuelas saben que éstas funciones ayudan, potencialmente, a obtener nuevos alumnos y, digámoslo de una vez, es negocio tener muchos asistentes a nuestros cursos. Por ello se esfuerzan en mostrar algo muy ostentoso a veces, de manera consciente, dejando de lado el aprendizaje de los alumnos. Es decir, por crear un espectáculo muy vistoso, manejan a los alumnos como si fueran marionetas, harán algo muy lindo aunque no aprenderán cómo ni por qué. Ésto es particularmente usado en los cursos de verano en los cuales se toma como pretexto la brevedad de las clases. 
      

      No te dejes deslumbrar y mejor haz lo siguiente:

2-. Investiga quiénes son los profesores

      No creo que haya disputa en la afirmación de que una escuela es tan buena como sus profesores. Por ello, antes de inscribirte a un curso, investiga bajo la tutela de quienes vas a estudiar. Averigua qué trabajos han hecho y, si tienen en esos momentos una obra en escena y tienes oportunidad de ir, ve su trabajo.
      El objetivo de verla no es para juzgar si dicha persona es un buen actor/director, o si te gusta o no su función. Definir lo bueno o malo de un trabajo/grupo/actor solamente por una función es un trabajo muy complejo (ya lo analizaremos en nuestra 2° publicación sobre los críticos) y quizá no estemos capacitados para ello. Pero todos podemos definir si lo que vemos en escena se parece a lo que buscamos que nos enseñen.
      Además, es importante saber si los profesores se encuentran activos en el quehacer teatral. Parecería broma, pero conozco escuelas cuyos maestros llevan un mínimo de 8 años sin realizar un trabajo profesional. 
      Igualmente peligroso sería encontrar el caso contrario, que aquel que esté frente al grupo sea un "chile de todos los moles", es decir, que acepta cualquier trabajo al que lo invitan. Ésto es muestra de una persona con muy poca discreción de lo que es un buen trabajo y el esfuerzo que lograrlo, requiere.

3-. Duración del curso/Programa de estudios

      ¿Qué vas a estudiar? ¿Cuánto tiempo va a durar? ¿Por qué tanto/tan poco? Son preguntas que deben estar en la mente de todos al momento de buscar un taller. 
      Seamos realistas, el teatro es un arte complejo, decir que voy a tomar una clase de actuación y que en 6 meses sabré todo lo referente a él, es una gran mentira. Llevo 12 años estudiando y sigo aprendiendo cosas nuevas.
      Es importante que se nos aclare qué aspecto del teatro vamos a estudiar y por cuánto tiempo. Ambas respuestas deben ser coherentes. Es decir, si pretenden enseñarte todo lo referente al teatro Isabelino, contexto histórico, técnicas, análisis etc.; en 4 sesiones de 1 hora, te están mintiendo descaradamente o el ofertante del taller desconoce la complejidad de lo que pretende enseñar lo cual, me gustaría decir que no ocurre pero no pretendo mentirles. Ése tipo de talleres solo son eficaces en las bromas.
      Igualmente ten cuidado con los talleres que no tienen una duración definida. Si bien es cierto que la preparación de un actor nunca termina, ésta falta de claridad es, generalmente, resultado de la poca preparación del curso por parte del educador. Quizá sepa mucho de lo que quiere enseñar pero sin un plan claro, va a ser difícil que nos eduque aprovechando al máximo nuestro tiempo.

4-. Clases de prueba

     Casi todos los talleres ofrecen ésta facilidad. Aprovéchala. Asiste y ve si te sientes cómodo con el sistema de trabajo, con el lugar del taller, con los compañeros y, muy importante, con el profesor.
      No te quedes con dudas. Si te ponen a hacer un ejercicio que no entiendes su finalidad, pregunta al respecto. Quizá en algunas ocasiones te puedan dar respuesta hasta que lo hayas experimentado pero, si hiciste la pregunta, al final del ejercicio deberían darte respuesta. En caso de que el profesor no sepa explicar para qué los pone a hacer tal o cual ejercicio, es señal de que esta repitiendo, cual perico, las clases que a él le pusieron a hacer cuando era estudiante. Alguien así no debería estar al frente de un grupo.

5-. Trato

      Cuando tomas una clase, vas a pagar por ella. Eso implica que deben tratarte adecuadamente. 
    Si el profesor es hiriente, abusivo o insultante, huye de ahí. Corregir un error no es pretexto para descargar sus propios traumas existenciales. No es lo mismo ser duro y exigente, que ser humillante. 
      Las instalaciones también son importantes. Es cierto, no siempre existen las posibilidades de ofertar un taller en lugares fastuosos, reconozco que en ocasiones he tenido que dar clases en parques públicos, pero siempre se debe buscar la comodidad, la limpieza y se debe advertir dónde y por qué en esos lugares, uno tomará la decisión de aceptar o rechazar la clase.
      Lo importante es que te traten con dignidad.

      Para cerrar, me gustaría decir que no te aterres a la hora de tomar una decisión. Al fin y al cabo, a todos les podemos aprender algo y nadie va a ser capaz de enseñarnos la "neta del planeta". Lo ideal es tener varios profesores, aprender distintas técnicas o diferentes puntos de vista sobre un mismo tema y, en base a ello, ir creando nuestro estilo personal. Esto es un viaje largo pero hermoso.

Guillermo Herrera

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