martes, 12 de noviembre de 2013

Paciencia, palomitas de maíz y la era digital.

     Uno de los más preciados recuerdos de mi infancia es cuando mi abuelo, en una tarde en que mi hermano y yo nos habíamos quedado a su cuidado, quizá porque ya o sabía qué más hacer con nosotros, decidió prepararnos unas palomitas de maíz. Estoy hablando de hace ya bastantes ayeres por lo tanto, no había horno de microondas en casa, así que dichas palomitas fueron elaboradas de la manera más tradicional, vertió aceite en un sartén, lo colocó al fuego y dejó que el maíz palomero se fuera transformando, lentamente, en tan deliciosa botana.
     No recuerdo cuánto tiempo pasamos viendo cómo explotaba el maíz pero, hasta el día de hoy, no he olvidado la emoción que nos producía a mi hermano y a mí ver saltar los granos y convertirse en palomitas. Un espectáculo patético, lo se, pero inolvidable.
     Fue la última vez que me tocó vivir tal experiencia, tiempo después mis abuelos se actualizaron y compraron un horno de microondas. Desde entonces, ya no esperamos más de 3 minutos para tener un platón de palomitas en nuestras manos. Por supuesto que para las personas como yo, cinéfilos que no podemos ver una película sin palomitas, es muy conveniente tener acceso rápido a nuestras golosinas, sin embargo, nunca he disfrutado de ver el sobre girar en el horno, no es la misma sensación de euforia la que me provoca el incesante zumbido del horno trabajando, ni me despierta la misma ilusión ver la bombilla encendida en el interior.
     Hace unos días estaba recordando ésta experiencia y concluí que no es el único cambio que me ha tocado presenciar.
     Como ya dije, soy un cinéfilo por herencia materna. En ésos aspectos los avances han sido fenomenales. Antes veíamos los avances de una película y teníamos que esperar meses hasta que llegara a cartelera. Si la cinta te gustaba y querías adquirirla en video debías esperar meses, casi un año, antes de que saliera disponible a la compra o renta. Hoy en día los estrenos son casi instantáneos en Estados Unidos y en México; y en más de una ocasión me ha tocado ver en las tiendas una película que aún esta en cartelera. 
     Los largos periodos de espera que pasábamos en la obtención de nuestros deseos me enseñaron una habilidad, preciada y muy necesaria en el medio teatral, la paciencia.
     No me malinterpreten, me encantan las facilidades que nos brinda la internet y las redes sociales; pero,como con cualquier otra herramienta, no todo es color de rosa, existe su lado negativo. Como profesor de actuación me ha tocado ver de cerca la desesperación de los muchachos al tardarse en desarrollar sus habilidades. Acostumbrados, como están, a obtener todo con una rápida búsqueda en línea, no saben cómo reaccionar cuando no pueden acelerar los procesos. 
     Y es que, así son las cosas, en ésta vida las habilidades no se pueden obtener de un día para el otro. Tardamos en aprenderlas y, una vez que las comprendemos, necesitamos "apropiarnos" de dicho conocimiento para que nuestro cuerpo pueda reaccionar sin necesidad de pensar conscientemente en lo que pretendemos hacer. Ése es el momento más desesperante del proceso, cuando ya comprendemos lo que deseamos pero no logramos hacerlo.
     Si haz logrado leer hasta aquí, todo lo que quería decir con ésta revoltosa red de recuerdos y elucubraciones es que, al prepararnos para una actividad creativa necesitamos un prerrequisito, desarrollar nuestra paciencia.
     Es una pena que no nos enseñen ésta habilidad en las escuelas, es imprescindible pero siempre nos dejan rascarnos con nuestras propias uñas. Debemos enseñarles a los alumnos que van a cometer errores, es imposible no hacerlos, pero eso no es señal para renunciar, es el camino para aprender.

Guillermo Herrera

     Como siempre, agradezco la lectura de éste escrito. Por favor, ayúdenos a llegar a más personas, compartiendo la liga en sus muros de facebook y/o twitter. Déjenos sus comentarios para que podamos saber si están o no de acuerdo con nosotros y podamos aprender en conjunto.
     Por último, síganos en nuestras redes sociales:

Facebook: HePa Teatro
Twitter: @HePaTeatro

     Gracias. Hasta la próxima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario